TOMBEOU FAIT À PARIS SUR LA MORT DE MR. BLANCROCHER (FbWV 632)
para clave (1653)
El Tombeau (“tumba” en francés) nació como composición concebida a la memoria de un músico fallecido al que se le rinde un homenaje musical, recreando el estilo compositivo del difunto. Obra creada con la misión esencial de facilitar un buen morir y recordar con ánimo melancólico y sosegado a quien había dejado de estar en este mundo.
De estilo muy personal, la estructura de la obra de Froberger se asemeja a la de sus allemandes, que se caracterizan por su irregularidad y su Brisé Style («el estilo roto»).
Como en el resto de sus obras programáticas, cuenta con frecuentes metáforas musicales. Concretamente, en esta lamentación sobre la muerte de Blancrocher, laudista, Froberger representa la fatal caída de Blancrocher por un tramo de escaleras con una escala descendente, incluyendo un prefacio escrito en el que se relatan las circunstancias de la muerte del laudista.
Johann Jakob Froberger fue un compositor, clavecinista y organista alemán del Barroco. Nació en 1616 en Stuttgart y recibió las primeras lecciones de música de su padre y de músicos ingleses. En 1634 se trasladó a Viena como organista de la corte de Fernando III, y en 1637, viaja a Roma para estudiar con Girolamo Frescobaldi. En Roma traba lazos de amistad con Giacomo Carissimi y con Athanasius Kircher, con quien mantendrá correspondencia a lo largo de toda su vida.
Froberger regresa a Viena en 1641 y permanece allí hasta 1658, viajando con frecuencia en misiones diplomáticas para Fernando III. Sus pasos le llevan a Roma, Mantua, Florencia, Bruselas, Dresde, Amberes, Londres y, sobre todo, París, donde vivió durante tres años (1650-1653) y se relacionó con Louis Couperin y otros músicos franceses.
Regresa de nuevo a Viena como organista de la corte, cargo en el que permanece hasta 1658, año en el que dimite para vivir retirado en el castillo de Héricourt (Francia) como maestro de la princesa Sybilla de Wurtemberg-Montbéliard, donde muere de un ataque de apoplejía en 1667.
Su obra está cimentada en las composiciones para teclado, sobre todo suites y tocatas, que se ejecutan indistintamente al clave y al órgano, aunque se prefiere su interpretación con el primero de estos instrumentos. Froberger es el primer gran músico alemán que asimila tanto la escuela francesa como la italiana y desarrolla estos estilos llevándolos a un lenguaje muy personal, flexible y rico en matices.