Alberto POSADAS (Valladolid, 1967)
Premio Nacional de Música 2011
Senderos que se bifurcan (2017) (tercer cuarteto del ciclo Poética del Laberinto)

Presentación a cargo de Alberto Posadas y Andrés Gomis (solista SIGMA Project)
Concierto: Senderos que se bifurcan (2017) (ciclo Poética del Laberinto)
Conversación entre Pierre Morlet (Quatuor Diotima) y Alberto Chaves: Entre cuartetos
Tip musical: El controlador de metrónomos. Andrés Gomis (solista SIGMA Project)
SENDEROS QUE SE BIFURCAN (2017) para cuarteto de saxofones
Obra encargo con la financiación de Ernst Von Siemens Foundation, Centro Nacional de Difusión Musical-CNDM, Sociedad Filarmónica de Badajoz y SIGMA Project
Estreno mundial 29/V/2017 en El Colegio Nacional, Ciudad de México. Dedicado al SIGMA Project y Wissenschaftskolleg zu Berlin.
Senderos que se bifurcan, tercer cuarteto del ciclo «Poética del Laberinto». Alberto Posadas compuso el ciclo Poética del Laberinto entre 2016 y 2017 como encargo del SIGMA Project, con la financiación de la Ernst Von Siemens Foundation, el CNDM, la Sociedad Filarmónica de Badajoz y del propio cuarteto SIGMA Project.
Dicho ciclo está compuesto por tres obras para cuarteto de saxofón: la primera de ellas es Knossos, la segunda Klimmen in dalen y la tercera Senderos que se bifurcan.
En 2020, SIGMA Project ha presentado el CD con la grabación de este disco, editada por el sello WERGO y fue presentado al público en concierto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
El laberinto es parte esencial de nuestro imaginario colectivo. No solo es herencia cultural recibida, sino que es raíz de nuestro pensamiento. Desde tiempos inmemoriales el poder de seducción del laberinto lo convirtió en símbolo, arquetipo y mito. La concepción de un espacio intrincado, a recorrer para encontrar algo, alguien o simplemente su propia salida, era un símil de la vida misma, muy asociado a un rito iniciático, a un sustrato religioso que hacía añorar una futura salvación o a un ejercicio de poder que convertía al laberinto en una suerte de cárcel perpetua para quien no se sometiera.
En este contexto se inscriben los laberintos desde la Antigüedad hasta el Renacimiento. Y en este contexto el laberinto es ante todo objeto mítico. Posteriormente este objeto mítico se transformó en objeto lúdico, a través de una concepción que se podría relacionar con una actitud proto-postmoderna de descontextualización y pérdida de significado. Así ocurrió en los jardines laberínticos británicos o en los Jardines de Versalles.
Pero cuando se da la transformación quizás más sustancial del concepto de laberinto es en el s. XX, momento en que el objeto mitológico se torna sujeto poético. Esta transformación tiene su eco en la idea laberíntica de Borges, más aún en Cortázar, o en Escher como creador de espacios imposibles sin comienzo ni fin.
La poética del laberinto, que lo convierte en sujeto, reside en que ya no hay Minotauro. La razón de ser del laberinto es en cuanto proceso mental en construcción, no en tanto itinerario que lleva a descubrir algo, alguien o simplemente su salida. El Minotauro no existe. El laberinto perdura y la necesidad de recorrerlo lo perpetúa.
La seducción del laberinto, que me ha llevado a la composición de este ciclo de cuartetos, viene de la conjunción de lo finito y lo infinito. Nos encontramos en un espacio cerrado de múltiples posibilidades; un espacio que se podría recorrer perpetuamente y que solo existe en la medida en que se transita. El laberinto se crea mientras se recorre. Esto tiene mucho que ver con el proceso de creación artística, tanto para el compositor que escribe la música como para el oyente que “compone” su propio proceso de escucha.
El laberinto es ante todo búsqueda y solo se crea cuando la necesidad de buscar es más fuerte que la expectativa de encontrar. En este sentido la creación artística es un proceso laberíntico.
La poética del laberinto es la poética del extravío, de la pérdida de orientación sin perder la referencia de su existencia; es la poética del destierro, el ahondamiento y el abandono de la seguridad.
Este ciclo de cuartetos de saxofón es concebido como una extensión del concepto de micro-instrumentación desde la individualidad del instrumento al campo de la música de cámara. Pero la micro-instrumentación conlleva no solo la investigación de los recursos del saxofón a nivel microscópico. Al mismo tiempo, es una forma de obtener material musical capaz de crear una gramática. Y esta gramática establece múltiples relaciones en esta formación instrumental que de por sí tiene un marcado carácter modular. Este carácter se extiende desde el cuarteto de instrumentos iguales al cuarteto clásico caracterizado por la diversidad en el uso de los saxofones. El ciclo Poética del laberinto se plantea como una expansión desde la uniformidad instrumental en el registro agudo, hacia la diversificación que gradualmente converge en el registro grave.
Los tres cuartetos están compuestos con una relación complementaria, pero también pueden funcionar como obras independientes. Así cada obra está basada en materiales específicos, a la vez que se mantienen aspectos comunes con la finalidad de crear huellas en la memoria a lo largo del ciclo.
El espacio, en Poética del Laberinto, es considerado un parámetro muy importante, en el sentido de que es usado como medio de articulación de la uniformidad y homogeneidad. Por una parte el espacio es entendido como distribución vertical de alturas, de registro, como entidad acústica de múltiples posibilidades y por otra como medio tridimensional de propagación del sonido.
Cada uno de los cuartetos es un homenaje a alguno de los más icónicos laberintos de nuestra cultura.
La última obra del ciclo toma como punto de partida la multiplicidad de tiempos narrativos presente en El jardín de los senderos que se bifurcan, de Borges.
En esta obra no se habla de un laberinto espacial, sino de uno temporal. Borges plantea una red de tiempos que se desarrollan de forma paralela, que divergen y convergen. El tiempo no se caracteriza por su linealidad, sino por su multiplicidad. Desde esta óptica diversas tramas temporales pueden superponerse, sucederse, colisionar o coincidir.
Este cuarteto se plantea como una obra politemporal. Cada instrumento toca a un tempo diferente, guardando diferentes relaciones entre ellos. De esta manera se produce un discurrir temporal con desplazamientos, desfases, divergencias y convergencias. Estas últimas son parciales en algunos momentos, con sincronizaciones de determinadas combinaciones instrumentales, o totales en otros, con sincronización de todos los instrumentos. A su vez estas sincronizaciones se producen de manera cíclica, con situaciones en las que el ciclo se percibe y otras en las que se difumina.
En contraste, hay otras secciones de tempo unificado. La alternancia entre estas secciones y las politemporales también se producen de manera cíclica, pero con ciclos de diferente duración, lo que plantea otra dimensión temporal de fluctuación a mayor escala.
El tiempo se convierte de esta manera en espacio múltiple en la memoria.
Alberto Posadas
París, 6 de mayo de 2017
«Llegué a la Ciudad de México y me dirigí directamente a un concierto en El Colegio Nacional, en el que el cuarteto español de saxofones Sigma Project fue el encargado del estreno mundial de ‘Poética del Laberinto’, el nuevo ciclo de tres piezas de Alberto Posadas. Esta fue una oportunidad fantástica para ponerse al día, con la verdaderamente magnífica, precisa, inventiva y admirable actuación de los españoles.
Pensaba que esta clase de precisión tan solo podía provenir de un cuarteto de cuerda».
Irvine Arditti (junio, 2017)
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